Hoy vamos a hablar del bolso en sentido figurado.

Nuestra imagen será  todo lo exterior que ven los demás, nuestra forma de vestir, el perfume que usamos, la marca de coche que tenemos, la casa donde vivimos, el colegio al que llevamos los niños…

SOY UN BOLSO

Cuando vamos andando por la calle, vemos solamente el exterior del mundo. La fachada de los edificios. La carrocería de los coches, la imagen que proyectan las personas, su ropa, su peinado, su maquillaje, su bolso…

Hoy vamos a hablar del bolso en sentido figurado.

Nuestra imagen será  todo lo exterior que ven los demás, nuestra forma de vestir, el perfume que usamos, la marca de coche que tenemos, la casa donde vivimos, el colegio al que llevamos los niños…

Pero nuestro interior es todo aquello que somos realmente, los valores, los objetivos, los ideales, los compromisos emocionales, los miedos, las dudas, la rabia, el amor…. es decir la esencia, lo que se encuentra dentro de nosotros, que no se ve a simple vista pero que es algo que se siente y que de alguna manera se percibe.

Así el bolso seremos nosotros, con una imagen exterior  si el bolso es grande, pequeño, de tela, de piel, de marca….y lo que llevamos dentro de ese bolso será nuestro interior,  que no se ve, pero que sabemos que está ahí.

¿Cómo quiero que sea mi bolso? ¿Puede ser limpio, bonito y cuidado por fuera pero estar lleno de trastos dentro? ¿O prefiero un bolso útil, cómodo, limpio, bonito y cuidado por fuera y con las cosas ordenadas y todo lo que necesito (agenda, teléfono, bolígrafo, pañuelos, cartera….) dentro?

La respuesta es fácil, queremos el bolso que nos gusta con todo aquello que necesitamos.

Muchas veces no valoramos estas cuestiones y nos preocupamos más de lo que ven los demás que de lo que nosotros tenemos, queremos, necesitamos y podemos ofrecer.

Vamos a ordenar nuestro bolso, no solamente el exterior, también el interior que es donde está lo importante.

Nos ocultamos tras una máscara y eso es lo normal cuando nos encontramos en entornos desconocidos, pero qué pasa en nuestro círculo de conocidos, pareja, hijos, familia, amigos, compañeros de trabajo… ¿somos nosotros mismos o una pantalla de lo que queremos que vean de nosotros? ¿y cómo nos comportamos con nosotros, nos queremos, nos respetamos, nos valoramos en su justa medida? ¿Tenemos nuestro bolso colocado por departamentos o está todo revuelto y cuando necesitamos algo tenemos que empezar a buscar o incluso volcar el bolso para encontrarlo?

No es fácil colocar todo lo que tenemos dentro y más cuando constantemente estamos metiendo cada vez más cosas del exterior, el trabajo, la hipoteca, las vacaciones, los gastos,,, dónde dejamos el disfrutar de la compañía de nuestra familia, amigos, dónde la satisfacción de conseguir nuestros objetivos, dónde el esfuerzo para obtener resultados…..

Esta sociedad a la que hacemos responsable de todo lo que pasa, sin darnos cuenta que la sociedad somos nosotros y que es nuestra decisión cambiar las cosas o continuar con ellas como están o con la que nos va marcando el bolso de moda.

Trabajamos tanto para conseguir las cosas materiales que “necesitamos”, tenemos el tiempo tan ocupado, que nos olvidamos de lo verdaderamente importante, VIVIR.

Sin darnos cuenta descuidamos nuestra mente, la llenamos de estrés, cansancio, desconfianza, frustraciones, envidias, tristeza, malestar…..y eso va ocupando  nuestro bolso y quita espacio a la confianza, al esfuerzo, la alegría, el trabajo bien hecho, la constancia, a todas esas cosas que me hacen crecer como persona.

Cuando sale un deportista de élite en la tele, un inventor o cualquier persona que pueda haber triunfado, como esta sociedad considera que es el triunfo, pensamos…que suerte tiene, pero ¿y el trabajo que hay detrás, las horas de entrenamiento, los proyectos que no salen y hay que repetir, las investigaciones que no llevan a ninguna parte y se tienen que volver a formular? Eso no lo vemos, nos fijamos solo en el resultado y olvidamos el proceso.

Lo importante no es llegar, sino haberlo intentado, pues aunque no lleguemos hasta el final estaremos mucho más lejos de donde estabamos al principio y eso es lo que habremos conseguido.

Ser adulto supone tomar decisiones, asumir responsabilidades y crecer interiormente, siempre, cada día, en cada situación, con cada persona y eso es un trabajo constante y fantástico que nos permite aprender.

Tomemos aire, vamos a parar un  momento para ver qué llevamos en el bolso. ¿Necesitamos tantas cosas, muchas veces viejas y usadas, como penas, enfados, dudas, miedos, rencores..?, ¿Somos los dueños de nuestra vida o simplemente vivimos lo que nos viene del exterior?

Respira hondo, llena tu bolso de aire limpio, de espacio vacío donde poder colocar las ilusiones, la alegría, el bienestar, el amor, la vida, con sus momentos buenos y otros no tanto, pero viviendo cada uno de ellos minuto a minuto a cada segundo, siendo consciente de esa vida que estamos dejando pasar sin tiempo para sentirla, tomando el timón y eligiendo el puerto al que queremos dirigirnos.

¿Quiero ser un bolso de marca lleno de trastos? Supongo que no.

VAMOS A ELEGIR EL BOLSO DE ESTA TEMPORADA Y A LLENARLO DE UN NUEVO FUTURO.

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